Da Vinci


Esta técnica creativa se basa principalmente en imágenes mentales, es decir, en la realización de representaciones mentales de alguna situación, escenario o problema. De esta manera la imaginación pasa a ser la herramienta principal de trabajo, que necesita ser potenciada, con regularidad y persistencia, mediante unos sencillos ejercicios para dar lugar a la aparición de novedosas ideas.


Como punto de partida, para su realización, se debe repasar el problema dejando fluir las imágenes en la mente. Una buena forma, es escribir el problema en un papel y reflexionar sobre él por unos minutos examinando sus diferentes aspectos.

Es fundamental entrar en un estado de tranquilidad y relajación, con el fin de que no existan elementos externos que interfieran en el proceso. Así, el consciente intuitivo podrá utilizar con mayor libertad las imágenes y símbolos. Con paciencia, comenzarán a surgir en su mente imágenes, conceptos, ideas, símbolos que representen su problema. De esta manera creamos un escenario en el que la situación se plantea de forma casi iconográfica.

Este es el momento en el que se debe delimitar el problema separándolo de lo que lo rodea para enfocarse solo en lo que hay que solucionar. Para ello resulta útil dibujar lo que se percibe, sin que sea necesario hacerlo cuidadosamente, muchas veces basta con pequeños bocetos para encontrar una solución al problema. Estos límites proporcionan al dibujo su propia atmósfera y profundidad.

Es importante realizar el dibujo sin una dirección consciente, muchas veces suele utilizarse la mano contraria para tener un menor control sobre los dibujos y que la mente se encuentre más libre a la hora de representar en el papel lo que se imagina sobre la marcha.

Una vez realizado el dibujo debemos examinar en detalle el resultado que se deriva del mismo, tanto en el conjunto de las imágenes que lo componen como sus partes por separado. El dibujo es un mensaje del subconsciente, es una representación visual de nuestros pensamientos. Es por esto, que debemos analizarlos a fondo para encontrar señales inesperadas que nos puedan llevar a resultados novedosos.

Luego, se debe escribir la primera palabra que aparezca en su mente para cada imagen, símbolo, garabato, línea o estructura y desarrollar, con dichas palabras, un párrafo que describa el dibujo. Tanto el dibujo como las palabras deben representar los mismos pensamientos en dos lenguajes distintos, el gráfico y el verbal. Si esto no es así, revise su párrafo hasta que ambos coincidan.

Para finalizar, relacione las ideas surgidas con el problema planteado para llegar a la solución.

Es de fundamental importancia destacar que cuando se habla de dibujo no se hace referencia exclusivamente a ello, es decir cualquier elemento es posible, imágenes, bocetos, palabras, ideogramas, todo ayuda.

Esta técnica puede resultar un poco tediosa porque no suele funcionar en la primera prueba, pero no hay que desesperar. Para evitar esto y obtener mejores resultados, debemos verlo como un juego, como una forma de solucionar un problema por medio de la diversión y ser persistentes repitiendo la técnica cada día.


Basado en: http://escenarios.ideario.es/post.php/39429

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