Creatividad en la Historia


En el mundo antiguo no existió el concepto de creatividad en si mismo, y mucho menos tal como lo entendemos hoy.

Los griegos no tuvieron ningún término equivalente a los de crear y creador. El concepto de arte y artista para ellos presuponía una rigurosa sujeción a determinadas leyes y normas, esto es el artista no crea sus obras sino que imita la realidad, las cosas ya existentes en la naturaleza. A este proceso lo denominaban mimesis, ya que el énfasis estaba en descubrir y no en crear. El propio artista lo consideraba de esa manera, ya que no se percibía a sí mismo como un creador, sino como un instrumento de expresión de los dioses. No obstante, es importante reconocer que el artista griego era quién tenía la capacidad para reproducir la naturaleza en toda su belleza, de imprimirle su sello personal. Por tanto, la obra de arte no puede ser vista como una vulgar copia de lo existente.

Ahora bien, en latín existían términos tales como creatio y creare de uso habitual para los romanos, pero con un significado muy diferente al que podemos nosotros imaginar. Así, creator era sinónimo de padre
y creator urbis, fundador de una ciudad.

El sentido más profundo de los términos creatio y creare apareció realmente en el período cristiano, cuando comenzaron a designar el gran acto divino de creación de todo lo existente a partir de la nada. Esta concepción, sin duda, privaba completamente al hombre de la posibilidad de crear, ya que nadie que no fuese Dios podría hacer algo partiendo de la nada. Esto determinó que durante muchos siglos la creación fuera por excelencia un acto divino, y por consecuencia no accesible a los seres humanos.

Pero fue a partir del siglo XVII y con mayor claridad del siglo XVIII, que comienza a desprenderse gradualmente esta concepción, para comenzar a estar ligado a las reflexiones sobre el arte. Un ejemplo de ello, es la carta escrita por Voltaire a Helvecio en 1740, donde se encuentra la afirmación de que "el verdadero poeta es creativo". Así, la creatividad declara residencia en el mundo de lo humano, inicialmente vinculada con el concepto de imaginación.

Entrando en el siglo XIX se renuncia a la idea de que toda creación debe surgir de la nada, y es así que se comienza a considerar que los seres humanos también pueden ser creadores a partir de los elementos ya existentes. Durante mucho tiempo el término creador fue sinónimo de artista, ya que la creatividad estaba relacionada en un primer momento
, casi exclusivamente, al lenguaje del arte. Durante esta etapa, aparecen nuevas expresiones como el adjetivo creativo y el sustantivo creatividad.

Es recién en el siglo XX que la creatividad y la creación se atribuyen a todas las personas en relación a cualquier actividad y a todos los campos de la cultura. Se comenzó a hablar de creatividad en la ciencia, la política, la tecnología, etc.
Un momento clave en la historia del concepto de creatividad, se atribuye J. P. Guilford cuando en 1950 pronuncia un discurso ante la Asociación Americana de Psicología. Gracias a esto se adquiere un sensible interés por el estudio de la creatividad, hecho que se expresa de inmediato en un aumento de las publicaciones especializadas. Este discurso, que incluye además un planteamiento de carácter teórico, bajo la forma de hipótesis relativas a los factores que intervienen en el pens
amiento creativo, se ha convertido en un verdadero hito en la biografía de la creatividad.

Hay hechos significativos que son previos a esa fecha, no sólo en relación con los alcances prácticos originados en la industria norteamericana y su permanente demanda de innovación, situación que el propio Guilford destaca, sino en el plano teórico. Así, Robert Crawford, profesor de la Universidad de Nebraska, por ejemplo, inicia en 1931 el primer curso sobre creatividad que concluirá luego en la técnica Listado de Atributos. Alex Osborn comienza a dar forma a su célebre Brainstorming en 1938, como parte de su trabajo en una agencia de publicidad de Nueva York. Finalmente, recordemos que William Gordon para llegar al método de la Sinéctica ha trabajado desde 1944. Todos estos autores publican en fechas posteriores al año 50, pero no podemos dejar de reconocer los antecedentes de esas ideas por su valor pionero tanto en una dimensión teórica como operacional.

Antecedentes más, antecedentes menos, lo concreto es que hacia la mitad del siglo la creatividad se ha convertido en un concepto de singular magnetismo. Puede indicarse que Guilford da el impulso decisivo a un concepto que ya se prefiguraba.

Hoy en día, puede revelarse la valoración dada a la creatividad mediante decenas de universidades y centros de estudios en varios continentes, ilimitadas investigaciones y un gran número de publicaciones que hacen referencia al tema y que la desarrollan. Además de la gran aparición de especialistas con evidente reconocimiento social, la realización de congresos, encuentros académicos y seminarios, así como la creciente demanda de métodos y técnicas para la solución de problemas y la realización de talleres de entrenamiento creativo utilizado por las más diversas áreas y disciplinas.


Basado en: Ricardo López Pérez, "Prontuario de Creatividad".

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