Personalidad Creativa


En cada persona existe un "potencial creativo", pero es importante resaltar que no en todos llega a aflorar ni del mismo modo ni con la misma intensidad. Esto, debido a que la creatividad necesita ser explorada, desarrollada y motivada por cada uno de nosotros.

Si bien no se puede afirmar que exista un perfil determinado de la personalidad creadora que permita diferenciarla de los demás, encontramos en los textos de creatividad actitudes tales como: sensibilidad a los problemas, abstracción, imaginación, curiosidad intelectual, con intuición, abiertos a la experiencia, adaptables a lo nuevo, de pensamiento independiente, con sentido del humor, con agilidad asociativa, soñador, idealista, constancia en lo que inicia, visión positiva y autónomo, sin dependencia. Estas características personales o actitudes no necesariamente deben darse en su conjunto para definir una personalidad creativa, pero si puede afirmarse que, debido a diferentes estudios realizados, la mayoría de estos rasgos están en consonancia con las personas creativas. Así, J. A. Cabezas, tras el estudio de un grupo heterogéneo de pensadores, músicos, místicos, pintores, psicólogos, entre otros profesionales, destaca la existencia de varios de estos rasgos en sus personalidades creadoras.

Es importante resaltar que lo creativo es un término correlativo entre lo personal y lo social. Esto es, la creatividad es además de una actitud, un atributo social que requiere comunicarse en algún momento para ser reconocida como tal. Así Saturnino de la Torre afirma que la creatividad radica en la persona pero su manifestación o producto no acaba en sí mismo, salvo en el caso que se busque solo la autorrealización, sino que precisa ser comunicado o expresado. De este modo, si valoramos la capacidad creadora de la persona a partir de las manifestaciones de esta (sus obras o comportamientos) estamos asumiendo la aceptación social como criterio.

Saturnino de la Torre destaca que si bien todo ser humano es creativo en potencia, pocos llegan a pulir el diamante de la creatividad que llevamos dentro. Si bien muchos lo consiguen, no siempre se da con la misma intensidad. Así, teniendo en cuenta tanto el potencial personal como el ámbito en el que se manifiesta y el reconocimiento social, diferencia cuatro categorías o grupos de personas según el modo en el que cada uno expresa ese potencial:
  • El genio creador: persona que posee extraordinarias cualidades para la creación, capaz de generar ideas radicalmente nuevas en uno o varios campos. Posee motivación y entrega absoluta a su obra, tanto que termina por obsesionarlo. Por esto es que muchas veces permanece ausente a la realidad cotidiana. Se agrupan en esta categoría varios genios, como Platón en la filosofía y el desarrollo del conocimiento, Einstein en el conocimiento científico, entre muchos otros.
  • La persona creadora: son las que han expresado su creatividad con realizaciones de valor, a nivel productivo, inventivo o de valor.
  • La persona creativa: es aquella que tiene la potencialidad y posibilidad de crear, de generar y comunicar ideas o realizaciones nuevas, dentro de un marco determinado. Es capas de mirar donde otros ya miraron y ver lo que ellos no vieron, ya que sabe encontrar lo nuevo en lo idéntico. Ejemplo de esto, es un profesional en su ámbito de trabajo que trata de aplicar el ingenio y la originalidad en el desarrollo del mismo.
  • La persona pseudocreativa: son personas con comportamientos que evidencian una falsa creatividad. En ocasiones, el ingenio y la inventiva se han aplicado a la destrucción de valores, de la cultura, a generar corrupción, encubrimiento, manipulación, por lo que se considera como creatividad engañosa. Esto, debido a que, creatividad significa crear, dar vida o sentido a algo nuevo siempre en sentido constructivo respecto a determinados valores aceptados por la sociedad. Ejemplos de ello son los experimentos realizados con mujeres y niños durante la segunda guerra mundial o los ingeniosos sistemas de lavado de cerebro utilizados en algunas dictaduras.
Para recopilar, tener personalidad creativa significa ver la realidad de forma diferente, peculiar, de modo distinto a los demás. Una persona creativa es aquella que puede descomponer una situación o problema de forma opuesta a la mayoría y que, a la vez, producto de ese análisis singular, halla respuestas o modificaciones novedosas. Dicha solución sólo se considerará realmente creativa si resulta útil y productiva, si acarrea más beneficios que los procedimientos anteriormente usados.

Lo importante de saber que todos somos creativos, es poder descubrirlo en nosotros mismos, desarrollarlo y explotarlo. Fomentar el desarrollo de las actitudes y habilidades creativas con que contamos es abrir un camino a la creatividad. Así, Einstein, que reconocía el potencial del individuo creador, afirmaba que: "Lo único verdaderamente valioso…en el mecanismo de la sociedad humana, no es el Estado, sino el individuo creador, el individuo que siente, la personalidad: es ella la que crea lo valioso y lo sublime".


Basado en: Saturnino de la Torre, "Dialogando con la creatividad", Ediciones Octaedro, Barcelona, 2003.

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